
La reproducción de los tiburones no ha sido ampliamente estudiada con todas las especies, pero existe un conocimiento general sobre los procesos y diferencias en sus hábitos reproductivos que nos permite conocerlos más.
Algunos puntos en los que la mayoría coincide es que la maduración sexual se presenta de forma tardía en relación con otros peces y los ciclos reproductivos son bastante largos. Por ejemplo, algunos individuos alcanzan la madurez sexual hasta los 15 años de vida. Esto conlleva a que tengan un bajo potencial de fecundidad (que varía de dos a 100 crías por ciclo) y reproducción, lo que no ayuda al negativo panorama que tienen en su estado de conservación.
Analizar el historial reproductivo de los animales, siendo en este caso enfocado a los tiburones, es esencial para que comprendamos la capacidad que tienen para resistir las presiones y condiciones naturales y artificiales que van surgiendo con el paso de los años. De las especies más populares se tienen más detalles, pero recordemos que son aproximadamente 470 tipos de escualos y falta mucho por investigar.
Índice
¿Cómo hacen las pruebas científicas?
Organismos como Northeast Fisheries Science Center de NOAA, toman muestreos biológicos sobre barcos de investigación, barcos de pesca comercial y algunas veces en torneos de tiburones.
Órganos reproductivos como ovarios, útero, testículos, clasper, entre otros, son tomados de diferentes individuos para realizar mediciones. Se recogen de igual manera muestras de tejido y en las hembras los estudios son más dedicados debido a que se analizan números y hábitos. Se determina la frecuencia de los apareamientos, el tiempo de gestación, la edad de la llegada de la madurez sexual, el número de crías por camada y por ciclo de vida para calcular el potencial reproductivo.
Formas de reproducción de los tiburones
Son pocos los científicos que han sido testigos del apareamiento de los tiburones; sin embargo, se conoce que la reproducción de los tiburones puede darse de manera sexual o asexual.
Sexual
En los tiburones pequeños y de mediano tamaño, el macho se enrosca alrededor del cuerpo de la hembra, pero en las especies más grandes donde no es posible tanta flexibilidad, el macho se posiciona paralelamente a la hembra.
Los apareamientos sexuales suelen tener un cierto grado de agresividad, ya que las compañeras sexuales femeninas son sometidas y sujetadas por el macho. Este sometimiento incluye mordeduras en aletas pectorales y espalda, mismas que pueden notarse al observar las evidentes cicatrices que llevan. No todas las hembras muestran marcas; sin embargo no significa que estén libres del sometimiento, sino que la piel se ha adaptado para resistir estas heridas haciéndose más gruesa.
Una vez en el sometimiento, la fertilización es interna. Los claspers de los machos, que serían como los penes de los mamíferos, transfieren el esperma al oviducto de la hembra y las siguientes etapas como la gestación y el número de crías son muy variables de acuerdo a la especie.

Ahora, la reproducción de los tiburones puede ser vivípara, ovípara u ovovivípara.
Vivípara: Esta se da de la misma manera que ya conocemos: las crías desarrolladas que fueron alimentadas a través de una placenta, son expulsadas al mar y pueden cuidarse por su cuenta. En este grupo podemos encontrar, entre muchos otros, a tiburones del género Mustelus y el tiburón azul o tintorera (Prionace glauca).
Así como otros, el tiburón leopardo (Triakis semifasciata) es de un caso especial, pues se conoce como una criatura vivípara aplacental, lo que quiere decir que sus crías eclosionan dentro del útero pero se nutren por largo tiempo de yema y no por medio de una placenta, lo que los distingue de los ovovivíparos.
Ovípara: En promedio el treinta por ciento de las especies de tiburón están dentro de esta categoría y son las hembras las que se encargan de los huevos al inicio. Ellas los deposita en rocas o camas de algas y la eclosión se da en promedio entre seis a doce meses, aunque en algunos tiburones de las profundidades se demora hasta 27 meses.
Ovovivípara: Muy pocos conocen esta forma de reproducción de los tiburones, pero es la más común en el mundo de estas especies. Aquí los huevos eclosionan dentro de la hembra pero ella no les proporciona un tipo de alimentación directa, sino que su desarrollo depende de los huevos del saco vitelino para subsistir. Concluido esto, son expulsados hacia el mar bien desarrollados y listos para iniciar su ciclo de vida.
En ciertos casos se presenta la oofagia, que es cuando los embriones en desarrollo se alimentan de huevos hermanos no fertilizados.
Dentro de los ovovivíparos encontramos a las pintarrojas (Familia Scyliorhinidae), al tiburón de Groenlandia (Somniosus microcephalus) y al tiburón mako (Isurus oxyrinchus) por mencionar algunos.
Algo que todos tienen en común, es que no existe cuidado parental hacia las crías. Los pequeños tiburones son capaces de alimentarse y protegerse por su propia cuenta desde que abandonan el huevo o el cuerpo de la madre. Por supuesto, su falta de tamaño y desarrollo los hace vulnerables a varios tipos de animales.

Asexual
Aunque el porcentaje de especies con este tipo de reproducción es bajo, es posible que se produzcan tiburones sin la ayuda de un macho por medio de la partenogénesis, es decir, cuando el crecimiento y desarrollo de los embriones ocurre sin fertilización.
Hay tres especies que han confirmado el desarrollo por partenogénesis; estas son: tiburón de puntas negras (Carcharhinus limbatus), cabeza de pala (Sphyrna tiburo) y tiburón cebra (Stegostoma fasciatum).