Gracias a películas y documentales de los grandes animales salvajes, podríamos pensar que los tiburones son criaturas con gran pasión por la cacería y la sangre. No vamos a negar que la dieta de algunos sí proviene de persecuciones o escenas sangrientas, pero debemos decir que no en todos los casos es así.
Comencemos con los más conocidos: los carnívoros. Sabemos que el gran Carcharodon carcharias, mejor conocido como tiburón blanco, es uno de los máximos exponentes de este tipo de alimentación. Este poderoso depredador disfruta la carne de una amplia variedad de animales, que incluye desde otros peces y tiburones pequeños, hasta grandes mamíferos como delfines y leones marinos.
Otro de dieta similar, el tiburón tigre (Galeocerdo cuvier), opta por crustáceos, focas, tortugas marinas y serpientes de mar. El tiburón azul (Prionace glauca) por ejemplo, no tiene el tamaño para enfrentarse a un delfín pero sí a calamares, pulpos, langostas y pequeños tiburones.
Los intestinos de los tiburones son mucho más cortos que los de los mamíferos.
Por si lo anterior fuera poco, una extensa lista de presas se une a la lista de estos y otros tiburones carnívoros: peces como arenques, sardinas, caballas, rayas, atunes, peces espada, marlines son parte del menú; aparte de nutrias marinas, tortugas marinas, aves marinas, dugongos, marsopas, crías de ballenas y osos marinos.
Algunos de los delfines más perseguidos y consumidos por los grandes tiburones son los nariz de botella (Género Tursiops), delfines oscuros (Lagenorhynchus obscurus) delfines comunes (Género Delphinus) y delfines pintados (Género Stenella).
Índice
Alimentos fuera de su dieta
Poco se sabe de estos hechos, pero en estómagos de tiburones se han encontrado partes de animales terrestres como cabras, ovejas o perros. También se han hallado objetos no comestibles y de uso humano como cámaras fotográficas, placas de autos o zapatos. Con esto no queremos decir que estos objetos sean parte de su dieta, pero sí pueden ingerirlos de manera accidental.
La pregunta que todos quieren resolver: ¿Comen humanos? Tampoco el ser humano es parte de su alimentación, pues, simplemente el hombre no es un ser acuático que forme parte de su rango territorial. Sin embargo, la naturaleza depredadora y agresiva de algunos tiburones los vuelve peligrosos para el hombre. Muchos escualos atacan sin razón meramente por su instinto, y otros son muy curiosos y desean probar bocados para asegurarse de que pueda ser buena comida. Lo malo, es que esas “pequeñas” pruebas, pueden causar heridas mortales. En pocas palabras, los tiburones no son asesinos de humanos, pero algunos de ellos no podrían ser nuestros amigos por sus características naturales y su alto instinto de depredación.
Técnicas carnívoras
Los tiburones depredadores emplean varias estrategias para conseguir su alimento. Los grandes no tienen problema alguno con ingerir de un solo bocado a sus víctimas pequeñas, pero cuando los objetivos son más grandes y eso no es posible, ejercen la suficiente fuerza y presión en su mandíbula para arrancar un pedazo. Cabe recordar que las piezas dentales de los tiburones carnívoros actúan como múltiples cuchillas, pues son afilados, triangulares o alargados dependiendo de la especie. Están diseñados para cortar carne, e incluso, traspasar huesos.
Algunos aplican emboscadas, otros aturden con ayuda de la cola y otros tantos atrapan animales dentro de la arena. Unos más realizan breves persecuciones o lanzan al animal al aire para debilitar su fuerza y hacer más fácil su matanza.
Otros más se reúnen en grupos para acudir a cardúmenes. Se les ha observado cooperar para obtener más presas y en estas situaciones suelen mantener un comportamiento pacífico, pues no hay necesidad de enfrentarse por un alimento que se está presentando en abundancia.
Tiburones no carnívoros
El lado contrario y muy poco conocido de los tiburones está presente en los tiburones planctívoros. Ellos está lejos de esa imagen que la mayoría de la gente tiene de estos grandes peces.
Es importante mencionar que la alimentación de los tiburones nada tiene que ver con su tamaño corporal, pues, irónicamente, el tiburón ballena (Rhincodon typus), quien representa no solo al tiburón más grande del mundo, sino al pez de mayor tamaño, no come carne, sino plancton. Así como él, existen otros dos ejemplares de enormes dimensiones y una dieta bastante pacífica. Ellos son el tiburón peregrino (Cetorhinus maximus) y el tiburón boquiancho (Megachasma pelagios). Pese a su gran tamaño, los tres no representan peligro alguno para el hombre. Son indefensos y permiten que las personas y animales en general puedan acercarse.
Los planctívoros tienen una ventaja: no necesitan hacer persecuciones para conseguir sus nutrientes. Basta con que abran la mandíbula para succionar y filtrar todo el plancton que sea posible. Decimos filtrar porque poseen unos filamentos que les permite expulsar el exceso de agua y quedarse con lo necesario. Sí poseen pequeños dientes, pero estos no sirven para la masticación.
Una leve diferencia es que los tiburones ballena y los boquianchos pueden succionar o bombear agua a través de sus branquias; en cambio el peregrino únicamente depende del agua que empuja a través de sus branquias mientras nada.
Para estos tiburones no es posible seleccionar lo que se va a succionar; por lo tanto, otros organismos como krilles, copépodos, larvas, huevos de peces y pequeños calamares y peces, pueden ser ingeridos. Así que en realidad no son 100% planctívoros pero la carne no es su prioridad.
Para darnos una idea de cuánto comen, tan solo un individuo juvenil de tiburón ballena es capaz de ingerir 21 kg de plancton en un día. En el caso del tiburón peregrino, se calcula que por cada metro cúbico de agua, hay 1700 organismos planctónicos de nombre copépodos.
Descubrimiento reciente
Resultados de estudios hacia la especie de tiburón Sphyrna tiburo, mejor conocida como cabeza de pala, arrojaron que son capaces de alimentarse de plantas marinas, las cuales llegan a ocupar hasta un 56% de su dieta. El resto del porcentaje se compone de crustáceos y pequeños peces. Esto ha llevado a pensar en una alta posibilidad de que existan otros tiburones con dieta omnívora.